COMO ENFRENTARNOS A LOS TEMORES E INQUIETUDES EN NUESTRO DIARIO CAMINAR.



 Encomienda al Señor tu camino;  confía en él, y él actuará.” Salmos 37:5 Nueva Versión Internacional (NVI)


Cuando te veas oprimido por cualquier cosa, acude y cuéntaselo al Padre. Coloca el asunto enteramente en sus manos y te libertaras de la inquietud y perplejidad con que el mundo está lleno. Cuando vayas a hacer o a sufrir por algo, cuando intentes hacer alguna cosa o asuntos, háblale a Dios acerca de ello y tenle informado. Sí, carga a Él con ello y terminas con tus inquietudes. No hay que impacientarse por más tiempo, ahora lo que tienes que hacer es sosegarte, cumplir tu deber con diligencia y confiar en Él, para que te saque tus asuntos adelante. Encomienda tus inquietudes y tu ser como una sola carga a tu Dios. –R. Leighton.
Encontraremos imposible el encomendar nuestro camino al Señor, al menos que sea el camino que Él apruebe. La fe es el único medio por el cual el hombre puede encomendar su camino al Señor. Si existe en nuestro corazón la menor duda de que “nuestro camino” no es bueno, entonces la fe rechazará el intervenir lo más mínimo en ello. La encomienda de nuestro corazón no debe ser un acto aislado, sino encomienda perpetua. Por muy extraordinaria e inesperada que pueda parecerte su guía, aunque te lleve junto al precipicio, no quites las riendas de Sus manos. ¿Estamos dispuestos a someter a Dios todos nuestros caminos para que pronuncie Su juicio sobre ellos? No hay nada tan necesario para un cristiano, como el examinar cuidadosamente sus costumbres y su interpretación de la vida. Estamos demasiado predispuestos a suponer por adelantado la aprobación Divina en nuestros caminos.

¿Porqué hay algunos Cristianos tan afanosos y temerosos? Evidentemente, porque no han colocado su camino en el Señor. Lo llevaron a Él. Pero se lo volvieron a llevar con ellos.

Manantiales en el Desierto - tema del día 21-

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